En el ámbito de la movilidad eléctrica, España se enfrenta a un reto crucial: el inminente aumento de las baterías de iones de litio y la actual falta de infraestructuras para su reciclaje. En la actualidad, España depende de países vecinos como Francia, Bélgica y Alemania para el proceso de reciclaje, lo que pone de manifiesto una importante laguna en los esfuerzos de sostenibilidad del país.
Un rayo de esperanza surge con el proyecto Novolitio, una empresa en colaboración entre Endesa (45%) y Urbaser (55%), situada en Cubillos del Sil, León. Novolitio, que comenzará a funcionar en 2024, pretende recuperar y reciclar 8.000 toneladas de pilas al año, con un potencial de ampliación a 24.000 o 25.000 toneladas en función de la demanda.
Sin embargo, los expertos expresan sus reservas sobre la capacidad de Novolitio para satisfacer los volúmenes de baterías previstos, especialmente con el aumento previsto de los vehículos eléctricos. Según BatteryPlat, para 2030 se espera que España maneje la asombrosa cifra de 56.000 toneladas de baterías de iones de litio, en consonancia con el objetivo del Gobierno de tener 5 millones de vehículos eléctricos en circulación para ese año.
Las ramificaciones económicas y medioambientales del envío de baterías al extranjero para su reciclado son considerables. Con unos costes que oscilan entre los 3.000 y los 5.000 euros por tonelada para transportar estas baterías a países como Francia, el gasto anual podría alcanzar entre 168 y 280 millones de euros en 2030 si Novolitio no puede seguir el ritmo de la demanda.
Para afrontar este reto, España necesita una estrategia integral. La gestión responsable de estas baterías no es sólo una necesidad económica, sino también un paso crucial hacia la sostenibilidad medioambiental. Explorar asociaciones, fomentar la innovación en la tecnología de reciclaje e incentivar el establecimiento de más plantas de reciclaje en España podrían ser elementos clave de una solución holística.
A medida que la demanda de vehículos eléctricos sigue creciendo, es imperativo que España se posicione estratégicamente para gestionar el reciclaje de baterías de iones de litio a nivel nacional. De este modo, la nación no sólo mitiga los gastos económicos, sino que también contribuye significativamente a la preservación del medio ambiente.